jueves, 26 de febrero de 2009

Composición de la fase sólida del suelo





La materia orgánica del suelo procede de los restos de organismos caídos sobre su superficie, principalmente hojas y residuos de plantas.




Este material recién incorporado es el que se conoce como "materia orgánica fresca" y su cantidad varía con el uso o vegetación que cubra al suelo.
La materia viva en el momento en que deja de serlo, comienza un proceso de descomposición o autolisis provocado por los propios sistemas enzimáticos del organismo muerto. Además sirve de alimento a numerosos individuos animales que habitan en la interfase entre el suelo y los detritus que lo cubren.




En esta fauna predominan artrópodos de diversas clases y gran número de larvas, sobre todo de insectos.






Como apuntamos anteriormente, son muchos los grupos animales que intervienen en el proceso de trituración de los vegetales y todos ellos provocan una mezcla más o menos intensa con los microorganismos presentes.






Algunos de ellos solo viven en la hojarasca o "mantillo", o a lo sumo en los primeros centímetros del suelo mineral; pero otros, como las lombrices, se desplazan en el suelo hasta alcanzar profundidades variables, según la temperatura y, sobre todo, el estado de humedad, dado que poseen una cutícula permeable que les hace muy sensibles a la desecación.










Los pertenecientes a este segundo grupo, además del efecto triturador y mezclador de los primeros ejercen una función de transporte de la materia orgánica, distribuyéndola en un mayor espacio y permitiendo una acción microbiana más intensa.




El horizonte A incrementa su espesor y el volumen de suelo afectado por la materia orgánica es netamente superior lo que influye en los procesos de alteración mineral, sobre todo en los que conocemos como alteración bioquímica, que alcanza una mayor profundidad y permite que intervengan nuevos minerales procedentes del material original o de una neoformación previa







Selene Morales

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